jueves, 10 de mayo de 2012

Estrategias de Aprendizaje


Buena parte de los saberes que se enseñan, como los yogures,
tienen fecha de caducidad, más o menos cercana, por lo que se debe
formar a los alumnos no sòlo en esos saberes, sino en comprender lo
que los hace ahora necesarios y los convertirá en insuficientes o
limitados en un futuro más o menos inmediato . Si los alumnos
aceptan esos conocimientos que se les proporciona sin reflexión o
discusión sobre su naturaleza, simplemente porque se les exige,
como suele ser el caso, carecerán de criterios para decidir cuándo
esos conocimientos deben ser puestos en duda, por ello … hay que
formarlos para la autonomía.(Monereo y Pozo, 2003)
A decir de Ontoria, A (2002) cada cultura de aprendizaje
aporta estrategias y técnicas coherentes con su planteamiento. Las
“técnicas de estudio” (subrayado, trucos mnemotécnicos, copiar,
tomar literalmente apuntes, etc), que se han aplicado durante muchos
años y que todavía hoy muchos profesores las mantienen en el aula
como únicas, están identificadas con el aprendizaje memorístico…
Cuando la revolución cognitiva se consolidó en la década de los 50,
la preocupación por el procesamiento de la información se focalizó
en los estudios y estrategias sobre la memoria, para distanciarse de la
concepción conductista sobre el aprendizaje.  Hacia la década de los
70 se produce un giro en los planteamientos cognitivistas…surgen
las técnicas cognitivas, cuya idea central consiste en potenciar el
proceso de pensamiento mediante la relación entre los conceptos y
los hechos. El proceso de la información tiene como eje central la
comprensión del significado de los conceptos para elaborar
estructuras de conocimiento. Se busca la asimilación comprensiva de
los conocimientos, como medio para retenerlos mejor y para
potenciar el pensamiento propio.110 Estrategias de aprendizaje
Frente a las “técnicas de estudio”, identificadas con un
enfoque determinado (conductista) del aprendizaje, se habla de
estrategias y técnicas de aprendizaje en la concepción cognitivista.
En el primer enfoque se pone el acento en “cómo estudiar” y, en el
segundo, se enfatiza el “cómo aprender”, con lo cual se indica la
distinta perspectiva con que se afronta el proceso de aprendizaje, es
decir, en uno se percibe como un proceso desde el exterior
(enseñanza-profesorado), y en otro se quiere dar a entender un
proceso desde el interior del alumnado (aprendizaje-alumnado). De
ahí que en el constructivismo sea esencial el principio de comenzar
el aprendizaje desde los conocimientos previos del alumnado.
DEFINICION DE ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE
Es frecuente encontrar trabajos de divulgación e incluso
investigaciones que utilizan términos distintos como sinónimos, lo
cual crea confusión, tal es el caso de las nociones de técnica,
procedimiento, método, estrategia y habilidad.
Intentaremos aclarar estos conceptos como paso previo a la
definición del concepto de Estrategias de Aprendizaje.
En lo que se refiere a la relación capacidad-habilidad,
hablamos de capacidades cuando nos referimos a un conjunto de
disposiciones de tipo genético que , una vez desarrolladas a través de
la experiencia que produce el contacto con un entorno culturalmente
organizado, darán lugar a habilidades individuales. Por ejemplo, de
la capacidad de ver y oir con la que nacemos, dependiendo de las
posibilidades de práctica de observación, se desarrollarán en mayor o
menor grado habilidades de observación.
Con respecto a la relación habilidad-estrategia, Scmeck
(1988) afirma que las habilidades son capacidades que pueden
expresarse en conductas porque han sido desarrolladas a través de la
práctica ( es decir, mediante el uso de procedimientos) y que, pueden
utilizarse en forma consciente o de forma automática (no
consciente). En cambio, las estrategias son decisiones sobre el uso de
procedimientos, que se adoptan siempre en forma consciente.
Por lo tanto, para ser hábil en una tarea es necesario poseer
previamente la capacidad potencial necesaria y el dominio de
algunos procedimientos que permitan tener éxito en la realización de
dicha tarea.Elisa Yanac 111
Por otro lado, la estrategia cognitiva está indisolublemente
asociada al terreno de lo procedimental y, por lo tanto, se caracteriza
por su naturaleza serial y secuencial. Sin embargo, la clásica
acepción de la estrategia como un conjunto de actividades dirigidas
hacia un fin resulta redundante con el mismo concepto de
procedimiento. Una estrategia es más bien un tipo particular de
procedimiento (Coll, 1992). Así, un procedimiento puede ser
ejecutado de forma “ciega” o incluso conectando unas acciones con
otras de modo arbitrario o, por el contrario, de forma autorregulada,
adaptando dichas acciones a las condiciones que presenta cada tarea,
en cada momento del proceso de ejecución. Esto último,
consideramos que sí constituye la característica esencial del
procedimiento estratégico (Montanero,   )
Tratando de establecer algunos matices diferenciales entre
técnica y método, suele ser aceptada la definición de técnica como
sucesión ordenada de acciones que se dirigen a un fin concreto,
conocido y que conduce a unos resultados precisos. Se relaciona con
una categorización algorítmica (las acciones se hallan
completamente prefijadas y su correcta ejecución lleva a una
solución segura del problema o de la tarea, por ejemplo, realizar una
multiplicación o coser un botón). Se considera que un método no
sólo supone una sucesión de acciones ordenadas, sino que estas
acciones se consideran procedimientos más o menos complejos entre
los que pueden incluir algunas técnicas. Por ejemplo, al hablar de un
método de lectura se considera que dicho método incluye
prescripciones secuenciadas, más o menos precisas, que hacen
referencia a procedimientos que profesores y alumnos deben realizar.
Además un método parte de un principio orientador que
generalmente se fundamenta en una concepción ideológica,
filosófica, psicológica, pedagógica, etc. (por ejemplo, el método
Montessori). Monereo (2000) considera que las técnicas y los
métodos , son procedimientos que se ubican en los extremos de un
continuum, las técnicas estarían más cerca del extremo
correspondiente a los algoritmos y los métodos en una posición más
o menos lejana a dichos algoritmos, según sean las secuencias de sus
acciones , por ejemplo, un método de lectura, es más probabilística,
no se garantizan resultados seguros, por lo cual se ubica en el otro
extremo como un procedimiento heurístico.112 Estrategias de aprendizaje
Para diferenciar estrategia y técnica, podemos recordar que el
término estrategia viene del ámbito militar, entendida como el “arte
de proyectar y dirigir las operaciones militares con el fin de obtener
la victoria”, y los pasos que forman una estrategia son llamados
“tácticas” o “técnicas”. Nisbet (1991) señala que las técnicas pueden
ser utilizadas de forma más o menos mecánica, sin que sea necesario
para  su aplicación que exista un propósito de aprendizaje por parte
de quien las utiliza, las estrategias en cambio, son siempre
conscientes e intencionales, dirigidas a un objetivo relacionado con
el aprendizaje. Esto supone que las técnicas puedan considerarse
elementos subordinados a la utilización de estrategias, también los
métodos son procedimientos susceptibles de formar parte de una
estrategia. Es decir, la estrategia se considera como una guía de las
acciones que hay que seguir, y que obviamente, es anterior a la
elección de cualquier otro procedimiento para actuar. Monereo
(2000) plantea que es posible diferenciar estos conceptos en relación
a los objetivos de aprendizaje que se persiguen. Si como profesores
esperamos que nuestros alumnos conozcan y utilicen un
procedimiento para resolver una tarea concreta (realizar el plano de
la clase), las actividades propuestas irán encaminadas a asegurar la
correcta aplicación de ese procedimiento. Pero si pretendemos,
además, favorecer el análisis de las ventajas de un procedimiento
sobre otro (utilidad, oportunidad, etc), y para ello enseñamos a los
alumnos a planificar su actuación, a controlar el proceso mientras
resuelven la tarea y a valorar la manera en que esta tarea se ha
llevado a cabo, el proceso se complica y entran en juego las llamadas
“estrategias de aprendizaje”.
Esta forma de aprender, a través de la toma consciente de
decisiones facilita el aprendizaje significativo (Ausubel, 1963), pues
promueve que los alumnos establezcan relaciones significativas entre
lo que ya saben (sus propios conocimientos) y la nueva información
(los objetivos y características de la tarea que deben realizar),
decidiendo de forma menos azarosa cuáles son los procedimientos
más adecuados para realizar dicha actividad. De este modo, el
alumno no sólo aprende cómo utilizar determinados procedimientos,
sino cuándo y por qué puede utilizarlos y en qué medida favorecen el
proceso de resolución de la tarea.
En consecuencia, una estrategia de aprendizaje, según
Monereo (1997), es un proceso de toma de decisiones consciente eElisa Yanac 113
intencional sobre qué conocimientos (especialmente
procedimentales) utilizar para alcanzar determinados objetivos de
aprendizaje ante determinadas situaciones educativas. En este
proceso de “toma de decisiones” se pone en acción la capacidad de
reflexión sobre cuándo y por qué debe emplearse un procedimiento
(o un conocimiento conceptual o actitudinal) para lograr un
determinado aprendizaje, lo cual va más allá de una simple
aplicación automática y rutinaria de un conjunto de técnicas.
Las estrategias de aprendizaje, según Beltrán, se sitúan en otro
nivel distinto al de la técnicas de estudio que van dirigidas más al
aprendizaje memorístico que al aprendizaje significativo. No se trata
de dar al estudiante una serie de recursos para salir airoso en algunas
tareas. Las estrategias hacen referencia, más bien, a operaciones o
actividades mentales que facilitan y desarrollan los diversos procesos
de aprendizaje escolar. A través de las estrategias podemos procesar,
organizar, retener y recuperar el material informativo que tenemos
que aprender, a la vez que planificamos, regulamos y evaluamos esos
mismos procesos en función del objetivo previamente trazado o
exigido por las demandas de la tarea.
Características de las estrategias de aprendizaje
Pozo (1996) señala las siguientes características:
1) Uso controlado.
2) Planificación, control y evaluación de la ejecución.
3) Comprensión de lo que se está haciendo y por qué
4) Reflexión consciente—metaconocimiento de los
procedimientos empleados.
5) Uso selectivo de los propios recursos y capacidades.
El aprendizaje estratégico
La estrategia de aprendizaje encierra dentro de ella un plan de
acción organizado. La ejecución de procesos de aprendizaje, así
como el conocimiento y control de los mismos, deja en manos del
estudiante la responsabilidad del aprendizaje, a la vez que aumenta
su motivación intrínseca. Saber lo que hay que hacer para aprender,
saberlo hacer y controlarlo mientras se hace, es lo que pretenden las114 Estrategias de aprendizaje
estrategias.  Se trata de un verdadero aprender a aprender. Beltrán
(1996)
El aprender a aprender no se refiere al aprendizaje directo de
contenidos, sino al aprendizaje de habilidades con las cuales
aprender contenidos. El aprendizaje de habilidades para aprender
contenidos no hace referencia a ningún contenido concreto, sino que
se extiende a todos los contenidos actuales y posibles.
A veces, se entiende también por aprender a aprender la
adquisición de una serie de principios o reglas generales que
permitan resolver problemas, cualquiera que sea la naturaleza o el
contenido de los problemas en cuestión, frente al aprendizaje de
solución de problemas específicos y concretos.
También se puede identificar el aprender a aprender con la
autonomía o el autocontrol de las actividades del aprendizaje, en el
sentido que el estudiante que aprende a aprender, más que un
contenido, lo que aprende es a trazar un plan eficaz de aprendizaje,
siempre que necesite aprender a control las distintas fases del plan
previamente trazado, eligiendo las estrategias oportunas,
confirmándolas o cambiándolas siempre que sea necesario y, por
último, a evaluar los resultados de las actividades realizadas
ajustadas al plan original o rectificadas en las sucesivas correcciones
si las hubiere habido.
Por último, también se suele entender por aprender a aprender
esa especie de saber estratégico que se adquiere con la experiencia
de los muchos aprendizajes que realizamos a lo largo de nuestra
vida, y que nos permite afrontar cualquier aprendizaje con garantías
de éxito. A veces, esta forma inteligente, estratégica de abordar el
aprendizaje de cualquier materia va acompañada de una disposición
a aprender automotivada y, por consiguiente, gratificante por sí
misma (Nisbet y Shucksmith, 1986).
Ventajas de las estrategias de aprendizaje (Beltrán, 1996)
1) La enseñanza de las estrategias de aprendizaje no está
restringida a los estudiantes universitarios o de enseñanza
secundaria, sino que se puede realizar a una edad temprana como la
que corresponde a la enseñanza infantil. Es más, las estrategias
básicas de aprendizaje se adquieren probablemente en los primeros
años escolares, y parece fuera de toda duda la existencia de una etapaElisa Yanac 115
crítica para la enseñanza de las estrategias, la que va de los 11 a los
14 años que es cuando aparece el pensamiento formal propio del
adulto. Esta es la razón por la que se aplican la mayor parte de los
métodos de enseñar a pensar a esta edad.
2) Si bien las estrategias de aprendizaje constituyen una
explicación acerca de la correlación entre estatus socioeconómico
familiar y rendimiento académico de los estudiantes, los psicólogos
luego de muchos años de búsqueda de variables que propicien un
cambio, han encontrado en las estrategias de aprendizaje una forma
de igualar las oportunidades de los estudiantes, haciendo que esas
estrategias que se inician en los primero años de la escolaridad en la
familia puedan ser adquiridas por todos los estudiantes,
suministrando un entrenamiento necesario a todos aquellos que no
hayan tenido esa ventaja familiar. Se ha señalado que los estudiantes
necesitan entrenamiento en estrategias de aprendizaje o de estudio
porque hay diferencias individuales en la manera en que los
estudiantes estudian, y los psicólogos han demostrado que estas
diferencias están relacionadas con diferencias en el rendimiento. Los
estudiantes brillantes estudian de una manera diferente a como
estudian los estudiantes torpes. Cuando se ha enseñado a los
estudiantes de bajo rendimiento, estrategias de aprendizaje eficaces,
han llegado a rendir más y mejor.
El tema de estrategias de aprendizaje constituye hoy una linea
importante de investigación. Hace una generación, la mayor parte de
los psicólogos creían que la inteligencia estaba relativamente fijada,
determinada por la herencia y bien medida por los tests de
inteligencia convencionales. Con el tiempo, esta creencia se ha
puesto en cuestión, y el debate se ha desplazado a la cuestión de si
las habilidades se pueden entrenar.
CREENCIAS ERRÓNEAS DE LOS PROFESORES SOBRE LAS
ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE (Montanero, 2000)
Una primera preconcepción, que podríamos denominar
sustantivista, está principalmente vinculada a una desatención de los
grados de libertad como variable que caracteriza a los
procedimientos estratégicos. En el grado más extremo, algunos
profesores reducen la estrategia a un mero “truco”, a una “receta”
que marca una secuencia de acciones que conducen mecánicamente116 Estrategias de aprendizaje
a un fin, lo que genera dos inconvenientes en el aprendizaje
estratégico. Por un lado, esta algoritmización de la enseñanza
(Monereo, 1999 :376) supone una focalización sobre la instrucción
de secuencias de acciones de un procedimiento, desatendiendo el
entrenamiento de la toma de decisiones que caracteriza a su
regulación estratégica (desde un enfoque “adjetivo”). Generalmente,
la eficacia de una secuencia estereotipada de acciones (o
pseudoestrategia) está limitada a ámbitos muy concretos, de modo
que, cuando cambia una variable relevante de la tarea, el alumno
fracasa en su aplicación. Buena parte del fracaso de la enseñanza de
técnicas de estudio de textos (Montanero, 2000), así como de ciertas
orientaciones que a menudo los profesores dan a sus alumnos para
ayudarles a resolver problemas en las diferentes áreas
(fundamentalmente en Matemáticas y Ciencias Naturales) tienen su
origen en esta interpretación. Por otro lado, la preconcepción
sustantivista conduce a otros profesores a pensar que la enseñanza de
contenidos procedimentales genera implícitamente un aprendizaje de
estrategias; por lo que resultaría superfluo reflexionar sobre sus
características específicas y las actividades más adecuadas para un
aprendizaje estratégico de los mismos.
Una segunda teoría implícita estaría más bien relacionada con
una preconcepción subjetivista, que enfatiza las implicaciones
actitudinales y el estilo de aprendizaje del sujeto desde un prisma
completamente “conservador”. Algunos profesores piensan que cada
alumno utiliza espontáneamente las estrategias y técnicas que mejor
se adaptan a sus características, hasta el punto que una enseñanza
sistemática de procedimientos alternativos puede resultar perjudicial.
Así, por ejemplo, para un alumno que estudia únicamente mediante
la elaboración de resúmenes el aprendizaje de estrategias
estructurales o de una variedad de técnicas de representación podría
producir más confusión que beneficio.
Con determinados alumnos es constatable una cierta
“resistencia” al aprendizaje de nuevas estrategias, especialmente, al
principio de la aplicación de un programa de instrucción. Aunque no
hemos encontrado investigaciones al respecto, el perfil de estos
alumnos suele coincidir con un rendimiento mediocre (aunque sin
fracaso escolar), una baja autoestima, un escaso nivel metacognitivo
y un estilo “superficial” de aprendizaje. En muchos casos, se trata de
alumnos que han consolidado pseudoestrategias, más o menosElisa Yanac 117
estereotipadas, pero que les han proporcionado éxitos moderados en
cuanto a las calificaciones, aprovechando la pobreza de ciertos
instrumentos de evaluación a la hora de evaluar capacidades. La
utilización de estrategias alternativas generaría una lógica
incertidumbre, especialmente cuando la estrategia que se está
aprendiendo no se basa en una secuencia de operaciones
perfectamente delimitada, sino en una “toma de decisiones”,
orientada a las condiciones variables de la tarea. El problema, sin
embargo, no se resuelve exagerando ese supuesto carácter
“idiosincrásico” de la utilización de estrategias, sino tomando
conciencia de la mayor duración y sistematicidad que requiere el
trabajo con dichos alumnos.
Una última teoría, probablemente menos extendida, está
relacionada con las expectativas excesivas de algunos profesores y,
sobre todo, orientadores, respecto al beneficio que producen los
programas de instrucción de estrategias de aprendizaje, desarrollados
“paralelamente” al currículo, como los denominados programas de
“enseñar a pensar”. El origen tendría que ver en esta ocasión con una
preconcepción demasiado generalista de la estrategia, reconocible en
las posturas de aquellos que asumen que las estrategias pueden
enseñarse con una cierta independencia de los contenidos y
conocimientos sobre los que actúan. Sin embargo, actualmente se
cuestiona que estos aprendizajes puedan generalizarse directamente,
con una instrucción “independiente de contenido” (como se
pretenden en algunos clásicos “programas de enseñar a pensar”). Las
teorías sobre las llamadas “estructuras conceptuales de dominio”
apoyan más bien la idea de que los mecanismos cognitivos permiten
la reconstrucción de las capacidades en dominios de conocimiento
específico, cuando se proporciona una práctica abundante y
estructurada con nuevos contenidos (Karmiloff-Smith, 1992; Martí,
1999; Martín, 1999a). Podríamos decir que el “contexto” forma parte
del aprendizaje estratégico, y que dicho aprendizaje no requiere tanto
“descontextualizarse” como “transcontextualizarse” con contenidos
variados (Martín, 1999b).

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